Por María Celeste Gómez (CICE (CIECS) UNC, CONICET)
Desde comienzos de año, la pandemia de COVID-19 produce efectos en una multiplicidad de dimensiones que van más allá de las condiciones sanitarias de cada país afectado. Entre ellas, las caídas en los niveles de actividad económica, los riesgos laborales y la probable pérdida de empleos en la mayoría de los sectores de la economía cobran creciente relevancia a medida que la enfermedad se instala en cada país y los gobiernos toman medidas para mitigar la expansión del virus a lo largo de su territorio.
Ante la ausencia de toda estrategia coordinada de política internacional, se observa una variedad de medidas adoptadas por los gobiernos nacionales. Estas pueden distinguirse por la amplitud o focalización de las mismas (políticas sobre algunos sectores o grupos poblacionales o medidas con incidencia sobre toda la sociedad), al grado de coerción impreso en las políticas instrumentadas (distanciamiento social, aislamiento sugerido o confinamiento obligatorio, cierre de actividades no esenciales para el curso de la vida humana, entre otros).
Como aporte al análisis de los impactos de esta nueva coyuntura sobre el mercado laboral y las condiciones de trabajo a nivel global, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe “COVID-19 y el mundo del trabajo” realizó estimaciones preliminares sobre los impactos en el mercado laboral, medidos éstos por medio de horas de trabajo o su equivalente en jornadas laborales. En este reporte, con fecha 07 de abril de 2020, se toma en cuenta la heterogeneidad que imprime cada sector, al igual que la incidencia de la informalidad laboral como factor que acentúa los efectos adversos a nivel del empleo.
Los resultados principales del informe son:
- Con una creciente aceleración de los tiempos de impacto del virus y un mayor alcance global, se estima que las medidas de cierre de las actividades económicas afectan -a dicha fecha- a casi el 81% de la fuerza de trabajo del mundo. En términos laborales, se estima una caída de casi el 7% de las horas de trabajo, o el equivalente a 195 millones de trabajadores a tiempo completo.
- Las empresas más perjudicadas por el cierre de sus actividades son las pequeñas firmas. En línea con éstas, los trabajadores más afectados son quienes trabajan en condiciones de informalidad y están asociados a grupos vulnerables sin cobertura social alguna.
- El impacto final de esta crisis está lejos de identificarse, y dependerá críticamente de la evolución de la pandemia y las medidas adoptadas para mitigar su impacto. Sin políticas públicas de emergencia para el sostenimiento de la población y las actividades económicas, miles de trabajadores corren un alto riesgo transitar hacia la pobreza y la indigencia y vivirla como como un condicionamiento social permanente. En términos de género, las mujeres resultan el grupo más afectado por estos impactos.
Casi el 38% de la mano de obra global, está empleada en sectores que sufren una grave disminución de la producción y a un alto riesgo de pérdidas de empleo (comercio minorista, servicios de alojamiento y alimentación, servicios personales e industria manufacturera).
Ver el informe completo (en inglés) AQUÍ